Narciso Asturiano. -Foto CEA. Coordinadora Ecoloxista d'Asturies- |
El Catálogo Regional de Flora Amenazada de Asturias, aprobado por el Decreto 65/1995, incluye dos especies de narcisos, el narciso de Asturias (Narcissus asturiensis = Narcissus minor subsp. asturiensis) y el narciso trompeta (Narcissus pseudonarcissus subsp. leonensis), catalogadas como de “De interés especial”.
Estas especies florecen vistosamente entre febrero y junio en bordes de bosques, prados, y riberas de arroyos y ríos, caso del paseo a la Camocha en Gijón , entre otros. Debido a lo llamativo de sus flores, son muchas las personas que los arrancan para llevárselos a casa como decoración, lo que puede provocar la extinción de las poblaciones de estas flores que están amenazadas y estrictamente protegidas, infracción considerada grave de acuerdo a la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad y que conlleva sanciones de 5.001 a 200.000 euros. La gente las arranca desde el desconocimiento de la delicada situación de estas plantas, sin saber que es un delito ambiental su arranque.
En el año 2011 ya habíamos reclamado al Gobierno de Asturias que existe la obligación de redactar, consensuar y aprobar el Plan de manejo de cada una de estas dos especies. El Decreto 65/1995, por el que se aprueba el Catálogo regional de especies amenazadas de la flora del Principado de Asturias, obliga la redacción de los mismos para cada una de las especies catalogadas como “De interés especial”. Sin embargo, pasados ya más de 15 años, solo 5 de las 20 especies así clasificadas tienen sus respectivos Planes de manejo aprobados, lo que es una clara vulneración legal de lo dispuesto. Por ello, queremos instar igualmente al Principado a que aproveche la información recogida en los inventarios de población, para comenzar a redactar los Planes de manejo del narciso de Asturias (Narcissus asturiensis = Narcissus minor subsp. asturiensis) y del narciso trompeta (Narcissus pseudonarcissus subsp. leonensis).
Es preciso la colocación en las sendas periurbanas (como La Camocha en Gijón), sendas fluviales (como las distintas existentes en el río Nora en Siero, LLanera) y la conocida como Senda del Oso en varios concejos, por tratarse todas ellas de zonas con presencia confirmada o probable de poblaciones de estas especies, de carteles informativos acerca de la estricta prohibición de dañar, matar, cortar o arrancar especies de flora y fauna protegida, con mención expresa a los narcisos, informando igualmente de la cuantía de las infracciones. Se trata de una medida con un coste económico contenido y que puede tener un impacto muy positivo sobre estas especies y la concienciación de la población.
También es necesario cartografiar las mayores poblaciones de las sierras asturianas, para salvaguardarlas de las numerosas amenazas que sufren en zona del interior por la presión de actividades mineras, pistas, plantaciones, etc.
Fuente: Nota de prensa de la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies.
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