Ya se sabe que como arte se puede justificar todo; pero si la escultura “Avilés”, es decir la de los pinchos gigantes de hierro oxidado, puede resultar una interesante metáfora sobre la actividad industrial del pasado siglo XX y un “homenaje a los caldereros”, lo de los árboles muertos, transformados en palos gigantes secos resulta un “homenaje a la dejación”.Por ello el Grupu d'Ornitoloxía Mavea denuncia y acusa a la Autoridad Portuaria de Avilés de no velar por los árboles ya que el paseo es espacio de su competencia. Desde hace 30 años el Ayuntamiento de Avilés lucha contra la grafiosis de los olmos en la ciudad, una de las enfermedades más graves a las que se enfrenta un árbol. Pero según denuncia Mavea los árboles del paseo de la ría no tienen los tratamientos que se merecen. ¿Y qué se merece un árbol? preguntarán los adiptos a las preguntas capciosas que pululan de blog en blog. Pues un árbol se merece los mismo que cualquier ser vivo, una oportunidad.
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1 comentario:
Que pena, con los años y años que cuesta tener un árbol de ese tamaño y lo poco que se necesita para dejarlo morir. No creo que Avilés esté para perder más riqueza natural
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