Ría de Avilés, imagen de archivo. |
Cosa que no hace con las estaciones privadas que de forma intencionada el Principado no facilita datos en continuo porque son peores que las públicas, en su política del Principado de esconder los datos reales.
- La estación de las Arobias en Avilés llego a un pico de 244 µg/m3 en S02 partiendo de 8 µg/m3 en S02, lo que supone un incremento del 3.000 %, un disparate del que es presuntamente responsable la colindante factoría de AZSA, sin que tome medidas para evitar estos graves episodios contaminantes que llevamos años denunciando.
La O.M.S. recomienda no superar una media de 20 µg/m3 de SO2 en 24 horas, la tolerante normativa española permite 125 µg/m3 en S02 en 24 horas de acuerdo al RD 102/2011.
Hay que recordar que esta zona viene presentando de los peores valores de azufre en los últimos años de toda Asturias junta a la vecina estación de Raíces-San Juan que es la peor, sin que el Principado haya tomado medidas para reducir dicho contaminante, ni los Ayuntamientos afectados de la comarca las hayan exigido a pesar de las continuas quejas de los vecinos de Salinas en Castrillón.
Los efectos derivados de la exposición al dióxido de azufre varían según su concentración y duración. Afecta sobre todo a las mucosidades y los pulmones, provocando ataques de tos. Si bien éste es absorbido principalmente por el sistema nasal, debido a su elevada solubilidad, la exposición a elevadas concentraciones durante cortos períodos de tiempo (exposición aguda) puede causar irritación del tracto respiratorio, bronquitis y congestión de los conductos bronquiales, especialmente en personas asmáticas. Además, diversos estudios han demostrado que la exposición crónica a este contaminante induce efectos adversos sobre la mortalidad, la morbilidad y la función pulmonar.
Además de los daños ejercidos sobre la salud, el dióxido de azufre constituye uno de los agentes causantes el deterioro de monumentos históricos (mal de la piedra”). También afecta a la vegetación a y los cultivos induciendo igualmente alteraciones morfológicas y fisiológicas en los receptores vegetales, en estos últimos el SO2, tras penetrar por los estomas, causa daños en el mesófilo que conducen a la aparición de manchas necróticas de diferente color en función de la especie y la concentración, estos daños, que afectan mayoritariamente a las hojas más jóvenes, se extienden en ambas caras (haz y envés), progresando desde la base hasta el ápice foliar.
Hay que recordar que hay numerosas evidencias científicas que los picos de contaminación agravan las incidencias respiratorias y cardiovasculares de los personas enfermas que se ven sometidas a estos aumentos, están documentado el aumento de la mortalidad coincidiendo con estos picos de contaminación.
Colectivo Ecologista de Avilés
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