Sin embargo, el viernes 31 de julio volvió a registrarse un nuevo episodio de vertido. El olor a alcantarilla era insoportable y su color oscuro se detectaba desde lejos. Personal del Seprona y de la Confederación tomaron muestras del agua para hacer analíticas en el laboratorio.
Este vertido procede del aliviadero de unos edificios cercanos al canal del Molino, y de ahí pasa a los estanques del parque de Isabel La Católica.
Como denunciamos hace una semana, estos vertidos de fecales son otro factor más que puede contribuir a la presencia de botulismo en el parque.
Nos parece increíble que esto ocurra en el siglo XXI dentro de una gran ciudad, junto a un Parador Nacional, y contaminando un espacio de valor natural.
El Grupu d´Ornitoloxía Mavea solicita que se hagan públicos los resultados de las analíticas, se soluciona el problema de ese aliviadero y se depuren las responsabilidades correspondientes.
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