Los concentrados piden una solución a un problema que padecen desde hace años, se quejan de continuos fallos en la factoría; algunos extremadamente peligrosos, como el sufrido en el 2008 cuando una fuga de ácido sulfúrico originó una nube tóxica. Debido a este accidente el Principado obligó al cierre temporal de la instalación. En la actualidad los vecinos se siguen quejando de los olores que salen de Chemastur, además de sufrir irritaciones en la piel y los ojos.
Los vecinos con el apoyo de las organizaciones ecologistas demandan que se cumpla lo acordado con los responsables de Medio Ambiente del Gobierno del Principado, lo mismo que se pide a la empresa mediante resolución y una infinidad de escritos, que se puede resumir de forma clara en que Chemastur produzca pero de manera moderna y eficaz y cargando sobre la salud de los vecinos el dinero que deben invertir en mejoras tecnológicas y de seguridad ambiental.
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