El Gobierno del Principado en 2009 decretó una moratoria en las plantaciones de eucalipto como consecuencia de la grave expansión que experimentando este árbol en nuestra región. Se estima que el eucalipto ocupaba la sexta parte del territorio arbolado de Asturias y que había reemplazado a la práctica totalidad de los bosques costeros, además esta a punto de romper la barrera de las 61.338 hectáreas de superficie fijada como límite por el "Plan Forestal de Asturias" para el año 2060, en concreto se encontraba en el límite fijado para el año 2.053, que son 60.311 hectáreas.
Pero ahora, y tal y como denuncian los ecologistas "como consecuencia de las fuertes presiones ejercidas por la multinacional papelera y los madereros", el Gobierno del Principado está volviendo a autorizar nuevas plantaciones de eucaliptos.
Fuente: Nota de prensa de la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies.
Este cambio radical de la política forestal queda reflejado en una respuesta remitida por escrito por el "Director General de Política Forestal", a una pregunta de la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, donde textualmente se afirma que: “Las nuevas plantaciones de eucaliptos globulus se autorizan, previo informe favorable, en el marco de lo previsto en el artículo 42.3 de la Ley 3/2004, de 23 de noviembre, de Montes y Ordenación Forestal y con los límites del incremento de superficie máximos de eucalipto previstos en el Plan Forestal”.
Pero es que los límites previstos en el Plan Forestal ya se han alcanzado, porque como dijimos anteriormente estamos en la superficie prevista para el año 2.053. Por lo tanto, no se puede tolerar que sea el lobby del eucalipto quien dicten la política y la planificación forestal de Asturias atendiendo exclusivamente a sus intereses comerciales, sin tener en cuenta criterios sociales, medio ambientales o de planificación económica general. No se puede tolerar que el Gobierno del Señor Javier Fernández se pliegue a las presiones de este lobby por muy poderoso que sea, ya que por encima de los intereses particulares ha de imperar el interés general. Y no creemos que el interés general sea el de convertir la costa asturiana en un monocultivo de eucaliptos.
Debemos recordar que el Plan Forestal de Asturias lo redactó el propio Gobierno asturiano en el año 2001, y que obviamente este Plan Forestal contó con unos estudios técnicos y una evaluación ambiental estratégica, que suponemos serían los que indicaron las superficies adecuadas para cada especie sin poner en peligro el ecosistema forestal y buscando el equilibrio entre aprovechamiento económico sostenible y sostenibilidad del medio. Y en función de esos estudios se llegaría a la conclusión a la que se llegó en el objetivo de superficies ¿O no? ¿O es que los objetivos de superficie se pusieron a voleo? De ser así sería muy grave.
Nuestra propuesta es que se mantenga la actual regulación y consiguiente moratoria en las plantaciones de eucaliptos decretada en el año 2009 y se respeten los límites de las superficies establecidas por el Plan Forestal, que fija un máximo de 61.338 hectáreas para el año 2060, porque en estos momentos ya hemos alcanzado la cifra prevista para el año 2.053. Por otra parte se debe impulsar el aumento de la productividad de las actuales masas de eucaliptos (ahora mismo están a un 50% de su capacidad productividad por falta de cuidados y tratamientos) en vez de por el aumento de la superficie.
PROBLEMAS MEDIO AMBIENTALES Y SOCIALES QUE GENERAN LAS PLANTACIONES MASIVAS DE EUCALIPTOS EN ASTURIAS.
El eucalipto acidifica el suelo sobre el que se sustenta. Y el suelo asturiano ya tiene de por sí un pH bajo como consecuencia del alto régimen de lluvias, lo cual se agrava aún más en el occidente de la región donde los suelos son silicios. Lo que unido a la gran cantidad de nutrientes que necesita extraer por sus rápidos crecimientos, al tratamiento forestal que se aplica a las plantaciones (herbicidas, talas a matarrasa cada 12 años, etc.) y que ocasionan procesos graves de erosión por las fuertes pendientes de los montes asturianos.
Efectos sobre el ciclo del agua, el cual no merece mayor comentario, pues de todos son conocidos los grandes volúmenes de agua que necesita para producir en poco tiempo una importante cantidad de biomasa.
Al ser un gran monocultivo de miles y miles de hectáreas, sin fragmentación de ningún tipo, ha provocado que la rica fauna asturiana antaño allí existente se haya visto incapacitada para adaptarse al nuevo hábitat. Lo mismo se puede decir de las especies vegetales que han ido progresivamente desapareciendo ante la voracidad del eucaliptal.
Por otro lado, una crisis en el mercado del eucalipto, causada porque el mercado de papel o eucalipto encontrara competidores en el extranjero (nada desdeñable en los actuales tiempos de globalización y volatilidad económica), dejaría toda la región agraria asturiana en una ruina sin precedentes y con una vuelta atrás imposible, pues el efecto de los eucaliptales es en cierto modo irreversible, compromete el futuro del terreno donde se planta por muchas generaciones ya que su reconversión en otro tipo de bosque o plantación, es de un coste y dificultad muy difíciles de asumir, pues los cultivos de eucalipto son incompatibles con el paisaje tradicional asturiano, el cual además se pretende vender para atraer un turismo cada día más exigente.
Como conclusión constatamos que varias décadas después de ingente obra repobladora “eucaliptal” apenas han mejorado las rentas del campesinado, mientras que con el apoyo de los poderes públicos (declaración de la industria papelera de interés nacional, subvenciones a la investigación de especies de crecimiento rápido, subvenciones a la mecanización, etc.) se beneficiaron los intereses de la industria papelera y de los grandes propietarios particulares. Mientras tanto, el eucaliptal como todo monocultivo nos introduce en una política económica tercermundista de dependencia productiva y explotación del medio.
Coordinadora Ecoloxista d’Asturies
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