La Coordinadora Ecoloxista d'Asturies presentó sugerencias ante la Comisión Europea con motivo del trámite de consultas sobre la extracción de gas de esquisto, mediante la técnica de fracking, que esta prevista en gran parte del oriente asturianos con varios proyectos de investigación que se mantiene vivos denominados «Cuélebre 1» y «Cuélebre 2». En este caso, las prospecciones se realizarían en áreas de Villaviciosa, Colunga, Caravia y Ribadesella además de en la costa asturiana oriental.
Desde el punto de vista de los riesgos ambientales y de la huella ecológica que tal actividad supone, se pude afirmar rotundamente que la fractura hidráulica para la extracción de gas no tiene, ni debería tener, cabida dentro de las estrategias a corto, medio y largo plazo energéticas y ambientales propuestas por la Unión Europea y España, por las siguientes razones:
1.Impacto sobre las aguas:
1. A. Uso de exacerbado del agua: Tomando como ejemplo los pozos ya existentes mayoritariamente en Estados Unidos, se estima que cada pozo usa una cantidad de entre 10 y 20 millones de litros de agua -cantidad que varía significativamente según la profundidad del pozo. El New York Times en febrero del 2011 estima que en la zona de Pensylvannia se ha gastado unos 6.000.000.000.000 litros de agua para pozos de fracking. Y aún así, el Oxford Institute for Energy declara que el uso de agua necesaria en Europa sea probablemente mayor que la de Estados Unidos, puesto que los pozos necesitarán, en general, una mayor profundidad en Europa.
1. B. Contaminación de agua y acuíferos: Estos millones de litros de agua son inyectados en la tierra a gran profundidad junto a unos centenares de miles de litros de aditivos químicos, como bencenos, xilenos, cianuros, hasta llegar a unas 600 sustancias químicas entre las que se encuentran sustancias reconocidas como cancerígenas, mutagénas, disruptoras endocrinas y con otras propiedades altamente preocupantes. Además, el agua a presión arrastra sustancias como metales pesados (mercurio, plomo…), radón, radio o uranio y otros elementos radiactivos que se encuentran en las rocas profundas. La contaminación química del agua vuelve a ésta inutilizable, e incluso un potencial peligro para la contaminación de acuíferos cercanos a los que podría haber filtraciones desde los pozos.
2. Terremotos:
El servicio geológico de los Estados Unidos, y geólogos de la universidad de Columbia, de Texas, de Oklahoma, e incluso en mismo secretario del Departamento del Interior de Estados Unidos, David Hayes, constatan un incremento de la actividad sísmica muy considerable, cuyos epicentros se encontraban siempre cerca de los pozos. La intensidad de los cientos de terremotos estudiados asociados al fracking llegan hasta 5,7 de intensidad en la escala Richter. En Europa, se han constatado terremotos en Lancanshire asociados al fracking.
3. Impredecibilidad de las consecuencias de la apertura de pozos:
Se subraya de forma constante por parte de los geólogos en los susodichos estudios la impredecibilidad de las consecuencias y reacciones geológicas que puede causar el fracking. Los geólogos no saben explicar por qué algunos pozos causan terremotos y otros no; incluso las publicaciones del Proceedings of the National Academy of Sciences, admiten que no se puede determinar con seguridad como viajan diversas sustancias asociadas a la fractura hidráulica, tales como el metano. Esta situación se vuelve tanto más impredecible según se van abriendo y abandonando pozos, pues esto contribuye potencialmente a la creación de una red de conductos subterráneos.
4. Emisiones de gases de efecto invernadero.
Del 3,6% al 7,9% del gas metano que se produce con la extracción del gas pizarra, escapa a la atmósfera, y potencialmente se filtra en el pozo contaminando al agua. Las emisiones de metano suponen un incremento del 30% y quizás hasta más del doble que aquellos del gas convencional. La acción invernadero del gas metano es mucho mayor que la del CO2, particularmente pasadas las primera décadas de la emisión, pues cuando se compara con el carbón la huella del gas invernadero es al menos 20% superior y quizás más del doble en el marco temporal de los 20 años. Los mismos científicos de la universidad de Cornell puntualizan que sin control del metano, e incluso con un control agresivo del CO2, habrá un calentamiento global de 1,5 a 2 grados en los próximos 17 a 35 años.
5. Difícil gestión de residuos:
El fracking produce una cantidad tan ingente de residuos contaminantes mutagénicos, cancerígenos y radioactivos que es muy difícil asegurar y proveer infraestructura alguna que pueda depurar satisfactoriamente tantos litros de agua contaminada.
6. Seguridad y salud pública:
Son ya muy conocidas las escenas en las que aparecen explosiones, ganado envenenado, e incluso personas envenenadas a causa del fracking en Estados Unidos. Ha habido testimonios de gente enfermando debido a la contaminación de las aguas, y de contratos de confidencialidad en los que las personas envenenadas son pagadas para guardar silencio.
7. Rechazo por gran parte de la población:
En cada territorio que se han solicitado sondeos, han surgido plataformas ciudadanas; semanalmente aparecen grupos de oposición al fracking.
8. Oportunismo y tendencia a eludir responsabilidades por parte de las empresas extractoras:
En un contexto de crisis económica las empresas y lobbies energéticos presionan con cifras sobre puestos de trabajo, e inversiones, e incluso falsean las posibles consecuencias ambientales de esta técnica, como hace Shale Gas España al negar el peligro de terremotos, y de contaminación de acuíferos. Incluso la estipulación de retribuciones económicas a ayuntamientos locales en compensación por los daños ambientales puede ser motivo de que se banalicen, se desprecien e incluso se mientan sobre los riesgos ambientales que esta técnica supone. Aún en el caso de que ante un desastre ambiental la empresa tuviera que retribuir económicamente al ayuntamiento, la experiencia nos muestra que esa retribución nunca es justa ni suficiente.
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