Por Antonio Rodríguez Dosantos
Con el cierre de la histórica Central Térmica de ENSIDESA en Avilés en febrero del 2005, se ponía a disposición pública un edificio de gran valor tanto por su significado histórico como por su riqueza como patrimonio industrial. El ayuntamiento había puesto en marcha en noviembre del 2004 un ambicioso plan para transformar el edificio y sus alrededores en un equipamiento cultural único en el norte. Aunque en el 2001 ya se hablaba de la construcción del museo de la industria en la antigua Central.
Todo parecía bien encaminado para rescatar y dar valor social a tan singular edificio. Ocho empresas se interesaron en redactar el plan cultural para la Central Térmica. Infoinvest, propietaria del edificio y según declaraciones del propio concejal de cultura, "no está poniendo ningún obstáculo para que la Central Térmica pase a ser propiedad del Ayuntamiento". Se hablaba de los proyectos e ideas que podía albergar el edificio. E incluso desde el ayuntamiento se afirmaba que "esta actuación cultural y de ocio, es un proyecto clave en el pacto de gobierno entre el Partido Socialista e Izquierda Unida".
Sin embargo en marzo aterrizó Isolux con el proyecto de instalar en el lugar una central térmica de ciclo combinado. El Ayuntamiento, Principado y los sindicatos UGT y CCOO aplaudieron el proyecto de Isolux; a pesar que supondría la destrucción del antiguo edificio y la creación de una nueva térmica de alto impacto ambiental a las puertas de Avilés. Con menos puntos en contra ya se han rechazado plantas térmicas en el Estado Español. Sin embargo comenzaron a alzarse las voces de arquitectos, ecologistas, vecinos y formaciones políticas que pedían la protección de la antigua central y que fuera destinada a fines culturales.
El proyecto de Isolux se ha esfumado y nuevamente se plantea cual va a ser el destino de tan singular edificio.
Artículo en: http://www.asturiasverde.com/2006/00212opinion-aviles.htm
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